Miércoles 1° de noviembre de 2023 – En octubre se disputó el ITF Master World Championship en Mallorca, también conocido como el Mundial Súper Seniors. La tradicional competencia reúne a los mejores jugadores mayores de 65 años (la categoría más longeva es +90) y cuenta con una edición individual y una por equipos. Hasta allá fue Alberto Mastroberardino, un gran representante de nuestro Circuito Seniors y de Interclubes, para alcanzar nada menos que la instancia decisiva en singles, dobles masculino y dobles mixto (junto a su compatriota Nora Kotler) en +85.
A los 35 años, Alberto dejó a un lado la pala de madera con la que jugaba pelota paleta y la cambió por una raqueta de tenis para no soltarla nunca más. Hoy, a los 86, es un habitué de los circuitos Seniors e Interclubes de la AAT, donde representa a su amado Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque. Se entrena y se divierte jugando al tenis con la motivación extra de viajar por distintas partes del mundo compitiendo bajo bandera y conociendo otras ciudades.
“El primer Mundial que jugué fue +55, en 1998, en Fort Lauderdale (Estados Unidos). Después, por razones de trabajo, estuve un poco alejado y me reincorporé en 2010, cuando jugamos en Turquía. Fui dos veces a Croacia, a Estados Unidos…”, dice Alberto tras su regreso feliz de la aventura europea.
Y sigue: “El lugar es muy bonito. Mallorca es espectacular como todos los lugares donde solemos jugar. La organización de la ITF fue extraordinaria, como siempre. Volvimos muy contentos. Todos los compañeros con los que hablé coincidían en que la atención y la experiencia en general fueron muy buenas”.
Un común denominador que tienen los jugadores argentinos que se ponen la camiseta albiceleste es su pasión por defender los colores del país. Alberto no es la excepción: “Me siento orgulloso de representar a la Argentina. Es una responsabilidad grande que uno tiene. No sólo por tener un buen desempeño, sino por un tema de conducta, que tiene que ser impecable. En todos los partidos que he visto y jugado, no hubo nadie que se haya salido de la norma del fair play”.
La amistad, la camaradería y el reencuentro son los motores de estas excursiones por el mundo. Así lo vive: “Como he ido a varios Mundiales, ya somos conocidos entre todos y cuando nos encontramos, la alegría es muy grande. Yo no hablo muy bien inglés, pero me doy a entender cuando es el idioma predominante y, entre todos, nos integramos”.
El fuerte de Alberto es su físico. Se entrena en su club una vez por semana y juega con amigos al menos otras tres. En su categoría se destaca por la capacidad de jugar largos puntos y hasta varios partidos al día: “Eso es muy importante y, gracias a mi físico, pude competir en singles, dobles mixto y dobles masculino. Lo llevo bastante bien. El entusiasmo de jugar te ayuda. Te hace olvidar el cansancio”.
El tenis es un gran amigo que acompaña a Alberto desde hace más de cinco décadas y que pone de manifiesto una verdad irrefutable: no hay edad para jugar. Entonces, toda una declaración de principios brota de sus labios de la forma más natural: “Estoy jubilado desde hace unos cuantos años y el tenis pasó a ser mi descarga de todos los días. Me hace muy bien jugar. Si pasan dos o tres días que no juego, siento la necesidad de, aunque sea, estar en la cancha. Eso es lo que más me importa. Tengo un montón de amigos, de muchos clubes, que me invitan a jugar. El tenis para mí es un pasatiempo muy importante”.
(Photo by Daniel Kopatsch)